DIFERENCIAS ENTRE LAS EMISIONES DE ALCANCE 1-2-3
DIFERENCIAS ENTRE LAS EMISIONES DE ALCANCE 1-2-3
En el contexto de la sostenibilidad empresarial, la
medición y gestión de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) se ha
vuelto fundamental.
Para ello, las empresas recurren a una clasificación que
divide las emisiones en tres categorías: Alcance 1, Alcance 2 y Alcance 3.
Entender las diferencias entre estos tipos de emisiones es crucial para
implementar estrategias efectivas de reducción de la huella de carbono.
Emisiones de Alcance 1: Directas
Las emisiones de Alcance 1 son aquellas que se producen
directamente en las instalaciones de la empresa o por sus activos controlados.
En otras palabras, son emisiones directas de GEI que resultan de actividades
que la empresa lleva a cabo bajo su control inmediato.
Ejemplos comunes de emisiones de Alcance 1 incluyen:
- Combustión en
calderas, hornos y vehículos: Emisiones provenientes de la quema de
combustibles fósiles como gas natural, diésel o gasolina en equipos
propiedad de la empresa.
- Fugas de
refrigerantes: Emisiones derivadas de la liberación de gases fluorados
utilizados en sistemas de refrigeración o aire acondicionado.
- Procesos
industriales: Emisiones generadas durante procesos industriales
específicos, como la producción de cemento o acero.
Las empresas tienen un control total sobre estas
emisiones y, por lo tanto, las acciones para reducirlas suelen involucrar la
mejora de la eficiencia energética, la transición a combustibles más limpios o
la adopción de tecnologías de captura de carbono.
Emisiones de Alcance 2: Indirectas de Energía
Las emisiones de Alcance 2 son aquellas emisiones
indirectas que resultan del consumo de energía adquirida por la empresa. Esto
incluye la electricidad, el vapor, la calefacción y la refrigeración que la
empresa compra y consume, pero que no produce directamente.
Ejemplos incluyen:
- Electricidad
consumida en las instalaciones: Si una empresa compra electricidad de la
red, las emisiones asociadas a la generación de esa electricidad se
contabilizan como Alcance 2.
- Calefacción y
refrigeración adquiridas: Si una empresa adquiere calor o refrigeración de
un proveedor externo, las emisiones generadas para producir esa energía
también se consideran Alcance 2.
Reducir las emisiones de Alcance 2 puede implicar cambiar
a fuentes de energía renovable, mejorar la eficiencia energética de las
instalaciones, o negociar contratos de suministro de energía más limpios.
Emisiones de Alcance 3: Otras Indirectas
Las emisiones de Alcance 3 son las más amplias y
complejas de medir. Incluyen todas las emisiones indirectas que ocurren en la
cadena de valor de la empresa, tanto aguas arriba como aguas abajo. Estas
emisiones no están bajo el control directo de la empresa y resultan de
actividades realizadas por terceros.
Algunos ejemplos de emisiones de Alcance 3 son:
- Cadena de
suministro: Emisiones generadas en la producción de materias primas y
productos comprados por la empresa.
- Transporte y
distribución: Emisiones relacionadas con el transporte de bienes, tanto de
proveedores a la empresa como de la empresa a los clientes.
- Uso de productos
vendidos: Emisiones resultantes del uso de productos que la empresa vende,
especialmente si esos productos consumen energía durante su vida útil.
- Viajes de
negocios y desplazamientos de empleados: Emisiones generadas por los
viajes corporativos o los desplazamientos diarios de los empleados.
Gestionar las emisiones de Alcance 3 es un desafío, ya
que requiere la colaboración con proveedores, clientes y otras partes
interesadas. Las estrategias para reducir estas emisiones pueden incluir el
rediseño de productos, la elección de proveedores más sostenibles, o el fomento
de prácticas de consumo responsables entre los clientes.
Conclusión
Comprender las diferencias entre las emisiones de Alcance
1, 2 y 3 es esencial para que las empresas desarrollen estrategias integrales
de sostenibilidad. Mientras que las emisiones de Alcance 1 y 2 son más fáciles
de controlar directamente, las de Alcance 3 requieren un enfoque más
colaborativo e innovador. Una gestión eficaz de todas estas emisiones no solo
ayuda a reducir la huella de carbono, sino que también fortalece la reputación
corporativa y puede generar ventajas competitivas en un mercado cada vez más
consciente del impacto ambiental.