EL RECICLAJE: CLAVE EN LA ECONOMÍA CIRCULAR
EL RECICLAJE: CLAVE EN LA ECONOMÍA CIRCULAR
Con el avance de la globalización y los nuevos hábitos de consumo, en las últimas décadas nuestro impacto medioambiental se ha multiplicado: consumo excesivo de materias primas, energía y recursos naturales de todo tipo, con el consecuente aumento de las emisiones contaminantes y la generación de residuos.
El 17 de mayo se estableció como el Día Internacional del Reciclaje por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en el año 2005, con el objetivo de concienciar sobre la necesidad de reducir, reciclar y reutilizar, las famosas “3 R”. Con el paso del tiempo, estas 3 se han convertido en 5 R, ya que se introdujeron la reparación y la recuperación.
En busca de mitigar esta problemática, los gobiernos, las empresas y la sociedad deben tomar acción pasando del clásico modelo económico lineal de “usar y tirar” a un nuevo modelo circular, donde los residuos se vuelven a integrar en la cadena de suministro y dan lugar a nuevos materiales y productos. El reciclaje permite:
- Disminuir la contaminación del suelo, aire y agua.
- Preservar los recursos naturales, al reutilizar materiales.
- Ahorro de energía, ya que por lo general se precisa de menos energía para fabricar productos reciclados.
- Reducir los costes de producción.
La nueva ley de residuos española (Ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular) introduce nuevas medidas para proteger el medio ambiente y la salud humana, efectuando la transición a una economía circular y baja en carbono. Entre estas medidas destaca el ecodiseño de productos de plástico de un solo uso, como los recipientes para alimentos y bebidas. ¿Qué significa esto? Que los fabricantes de envases y embalajes deben diseñarlos de manera que:
- Se reduzcan sus dimensiones
- Sean fácilmente reciclables
- Tengan un contenido mínimo de material reciclado.
- Se sustituya el plástico por materiales más sostenibles, como el bioplástico, compuesto por materiales biodegradables y compostables fabricados con desechos de trigo, maíz, algas, etc.
A nivel particular, como ciudadanos podemos contribuir a reducir nuestra huella de carbono a través de la separación de nuestros residuos mediante estas acciones:
- Usar adecuadamente los contenedores municipales (Verde, amarillo, azul, gris y a partir de este año, marrón).
- Depositar los residuos peligrosos como aceites de cocina usados.
- Desechar los textiles en los contenedores habilitados para ello (municipales o de alguna ONG).
- Usar el Punto Limpio para depositar los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEEs), restos de pinturas, maderas, podas, etc.